miércoles, 14 de octubre de 2015

PUTO BICHO


María había encontrado la cura para el cáncer. Estaba nerviosa, los últimos ensayos habían sido muy positivos. Sin dormir, despeinada y con la boca seca salió del laboratorio para reunirse con el coordinador del proyecto. Había que concretar toda la documentación, rematar la memoria que resumía el proceso y adjuntar los resultados. Una vez saltara la noticia a los medios de comunicación no habría vuelta atrás, un solo resbalón y su carrera profesional se vería herida de muerte, no volvería a trabajar jamás.

Tenía prisa por llegar a la quinta planta, quería vomitar lo antes posible la noticia. El pasillo se le hacía más largo a cada paso que daba. La bata le pesaba como un traje de plomo y la carpeta que llevaba bajo el brazo le parecía un revólver cargado.

Por fin llegó. Llamó a la puerta del despacho once.

-       Adelante. – Se escuchó

-       Juan, hemos matado al puto bicho. – Dijo María apretando los dientes.

-       Imposible, anoche todo apuntaba a que la íbamos a cagar de nuevo.

-       Pues no ha sido así. Me quedé pensando en lo que hablamos e hice una última comprobación. Hemos matado al puto bicho. – Repitió María.

-       ¿Sabes lo que significa eso María?

-       Lo sé. Creo que me  voy a mear encima.  Tenemos que documentarlo todo rápido, Juan. No hay tiempo que perder. Hay millones de personas esperando a que sucediera esto.

-       No hay tanta prisa, doctora. Debemos estudiar bien la estrategia para que las negociaciones con las farmacéuticas nos sean favorables.  Debemos mirar un poco más allá, a largo plazo.

-       ¿Qué estrategia Juan? Estoy hay que sacarlo ya. Buscar apoyo en el Ministerio y ver la forma más rápida de que llegue a los hospitales.

-       Déjamelo a mí María, sé lo que tenemos que hacer. Dame tus últimos apuntes y espera en tu despacho. Te llamaré cuando todo esté hecho.

María le entregó a Juan sus anotaciones con desgana, el cuaderno se le había quedado pegado a la mano. No quería pero no podía hacer otra cosa, él era quien tenía los contactos y, por consiguiente, la sartén por el mango.

Habían pasado tres horas desde su reunión con Juan y María seguía sentada en su despacho, esperando instrucciones para comenzar con el papeleo final. No se lo podía creer, había hecho uno de los mayores descubrimientos del siglo XXI y allí estaba como una tonta pendiente del teléfono. No podía dar ni un paso hasta que desde arriba se lo ordenaran.

María recibió un mensaje en el móvil. Era de Pedro, otro miembro del equipo:

“Pon la tele. El canal 5. Juan está en rueda de prensa. Siento mucho que tus ensayos no hayan dado fruto, la verdad que te lo has currado. El hijo de puta ha tenido más suerte.”

María puso la televisión y vio sin sorpresa a Juan hablando del descubrimiento en mitad de una nube de periodistas. Los aires de importancia traspasaban la pantalla del televisor, se había apropiado de las notas de María.

Después de observar un rato el televisor con media sonrisa María cogió el móvil para contestar al mensaje que le había mandado Pedro.

“No pasa nada Pedro. Los datos que ha presentado están equivocados, yo tengo la verdadera información. Por fin hemos matado al puto bicho. ”.

Laura Lobato
info@lauralobato.es

2 comentarios:

  1. Enhorabuena, me gusta mucho el relato, los dialogos están genial. Pero así, metiendome donde no me llaman, haz una prueba: si quitas el primer parrafo, para mi queda redondo, aunque quedaría en el aire que es exactamente el puto bicho creo que ganaría porque el dialogo está muy bien llevado y narra todo el meollo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias Iván por tus comentarios, los voy a anotar en una libretita junto a otras anotaciones. Tengo intención de ir revisándolos todos cuando pase un tiempo. Agradezco tu tiempo. Un abrazo!

      Eliminar